Para nadie es indiferente que la pandemia provocada por el coronavirus "SARS-Cov2" determinó un antes y un después en nuestras vidas, algunos quedaron con ausencias permanentes, otros quedaron con dolencias persistentes, pero sobre todo con la sensación de que en el futuro pueda volver a pasar. Y es que hablar de futuro puede sonar lejano, sin embargo, esa expresión de tiempo en algunos casos está mas cercano segundo a segundo, es decir, el tiempo se acorta al hablar de posibilidades que pueden afectar nuestra frágil humanidad.
La pandemia ha dejado en evidencia nuestros defectos como seres humanos condicionados a vivir en comunidad, así tenemos imágenes patéticas de masas de gente vaciando supermercados, agotando el papel higiénico como si nadie más lo puede necesitar, pero también nos ha permitido descubrir, para bien o para mal, los puntos álgidos de nuestras relaciones personales. Así tenemos que muchas familias al ser confinadas en sus casas tuvieron que convivir sin esquivarse y de ese modo solucionar problemas y lograr sacar adelante las diferentes actividades cotidianas, pero nada de esto fuera posible sin una posibilidad de ingreso que permita cubrir los gastos.
Imagen tomada de publicación de la BBC en el contexto de la pandemia por Coronavirus.
Aquí quiero entrar en otro punto importante y es que la pandemia desenmascaró las desigualdades arraigadas en nuestro medio, así vemos que la gente vio que muchas actividades son innecesarias y otras imprescindibles, desdicha para los que se dedicaban a las primeras y fortuna para quiénes profesan las actividades segundas, y no es que hallan mejores actividades que otras, más bien que en momentos de crisis priorizamos el consumo.
Las necesidades básicas
Las personas tenemos necesidades básicas para poder vivir, para señalar algunas nombraremos: comer, dormir, comunicación, salud, etc, todas aquellas actividades que cubren las necesidades básicas despuntaron durante la pandemia, por el contrario las actividades que no lo hacían cayeron en picada al borde de desaparecer, lo que nos enseña que las actividades de entretenimiento son prescindibles para todos, sin embargo al pasar la crisis, al volver a las actividades cotidianas, vemos como no todas las actividades logran volverse a posicionar en nuestras vidas.
Imagen tomada de la página de la PAHO.
El paradigma creado por la pandemia según el punto de vista de este autor es el de no mal gastar nuestro tiempo y energía en actividades que no producen contenido en nuestra vida, la salud siempre será un lujo al que lamentablemente no todos pueden tener acceso y lo hace caro de conseguir,que el mercado de consumo en el que estamos envueltos no agote nuestra vida a un continuo compra y desecha sin el más mínimo análisis acerca de las prioridades que tenemos en común, las próximas generaciones deben entender que las pausas son necesarias en nuestra vida y por ende son momentos para reflexionar acerca de lo que estamos haciendo y lo que podemos hacer.
Quizás seamos testigos de muchas más pandemias en lo que nos quede de vida, quizás no volvamos a sobrevivir a una, pero lo que si es seguro es que en esta vida la salud siempre será un bien y un valor imprescindible para todos.